¿Sabías que la miel nunca se hecha a perder?
Así es, la miel es uno de los alimentos altamente duraderos, además de rica en propiedades y sabor. De hecho es considerado un “súper alimento”, por cierto, perfecto para el invierno. Acompáñame a aprender.
La miel es un compuesto de azúcares y otros elementos menores que las abejas recolectan al polinizar las flores. Es higroscópica, lo que significa que tiene muy poca agua, de lo cual las abejas se encargan al deshidratar el néctar líquido, que de tener un 80% a 90% de humedad, se convierte en solo 18%; de hecho, es por eso que la miel es espesa y las bacterias no pueden aparecer ni multiplicarse, además de ser muy ácida, teniendo un pH de 3, 4.5 y 7.
Además, para que la miel se conserve naturalmente ocurre una reacción química a la hora de las abejas colocar el néctar en el panal, haciéndose una mezcla entre este y las enzimas que tienen química. Esta reacción separa el néctar en ácido glucónico y agua oxigenada, por lo que la miel genera fortalezas antisépticas.
Aunque la miel cambia de color, olor y textura con el tiempo, nunca pierde sus propiedades nutritivas; inclusive la cristalización de la misma es una señal de que se se esta conservando térmicamente bien.
Cabe mencionar que solo algunos países exigen la fecha de consumo preferente para la miel, como lo es España y México, pero al menos en Estados Unidos no es obligatorio. “La miel no caduca, no se echa a perder, la etiqueta debe decir: consumo preferente, y fecha de caducidad” (Gobierno de México).
Sin embargo es importante saber identificar los tipos de miel, ya que hay algunas que han sido adulteradas, y por lo tanto se pudiera presentar algún tipo de anomalía en su conservación a la largo plazo.
Es realmente interesante saber que existe un alimento que NO tiene una fecha de caducidad como tal, incluso un sabor muy bueno, a diferencia del arroz o de la sal. Por cierto, la miel se debe conservar en un envase bien cerrado.
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